En un rincón del café Metrópole Albert alguna vez enseñó: “-Olvide el programa, todo eso está en los libros. Ábralos llegado el momento, pongamos ocho días antes del examen. […] Pero lo que debe abrir y no cerrar nunca son sus ojos y sus oídos. La inteligencia no se alimenta de respuestas, sino de preguntas. Sea curioso y no se deje intimidar por ninguna ley, por ninguna regla."
¡Feliz día, querido estudiante!
