1. Introducción
Félix Candela nació el 27 de enero de 1910 en Madrid. Desde niño se destacó en deportes y mostró facilidad por los estudios con una atracción particular por las Ciencias Exactas. Su padre murió en 1929, año en que Félix ingresó a la Escuela de Arquitectura sin una vocación particular, sino por sugerencia de un amigo. Candela desarrolló gran afición por la Geometría y lo que más le intrigaba era cómo calcular una estructura para prevenir su colapso. Su interés particular lo llevó a ser ayudante en la materia Resistencia de Materiales. Se tituló de Arquitecto en 1935. Su compañero de escuela lo recuerda de manera grata. “Recuerdo bien a Candela en clases… Cuando aún estudiante, era ya maestro y generoso, siempre ayudando al compañero rezagado, pródigo con su tiempo en dar consejos. Hacía esto sin pomposidad, sin suficiencia de número uno, o sin hacer gala en su conocimiento de la materia, sino, en cambio, con sencillez… Nuestro compañero cordial, era ya, en germen, un futuro genio de las estructuras.”(Fernando Chueca, 1959).
Después de su graduación, Candela abrió un pequeño taller en el cual realizaba encargos para calcular estructuras de acero y concreto. En 1936 recibió una beca para estudiar en Alemania las características y los procesos constructivos de las estructuras laminares, pero sus planes se frustraron por el estallido de la Guerra Civil Española. La misma implicó un conflicto social, político y militar que se desencadenó en España tras fracasar el golpe de Estado llevado a cabo por el Ejército contra el Gobierno. Félix se incorporó como voluntario en el Ejército del lado del bando republicano (constituido en torno al Gobierno legítimo de España) y fue Capitán de Ingenieros. En 1939 llegó a México en un barco de refugiados. “No sé quién me puso en la lista, el caso es que me mandaron a México. La experiencia en la Guerra Civil y el paso por el campo de concentración formaron parte esencial de mi formación.” (Félix Candela, 1968).
En 1940 se trasladó a Acapulco para realizar algunos trabajos en sociedad con un contratista. Erigió varias residencias, una casa de departamentos y una serie de cabañas en el hotel Papagayo. En 1941 obtuvo la Nacionalidad mexicana.
De 1942 a 1946 trabajó en la empresa Vías y Obras y en 1946 montó un despacho con su hermano Antonio. En 1949 construyó el primer cascarón experimental. Animado por el éxito del experimento y ya vislumbrando el abanico de posibilidades que se abría en ese campo innovador, fundó una Compañía constructora llamada Cubiertas Ala, junto a sus hermanos y los Arquitectos Fernando y Raúl Fernández Rangel como socios. Desde esta empresa, Félix Candela levantó las cubiertas que lo harían famoso. En 1953 recibió una cátedra en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ese mismo año los hermanos Fernández dejaron la empresa . La constructora perduró hasta 1976 aunque Félix la dejó en manos de su hermano en 1969. En Cubiertas Ala se elaboraron más de 1400 proyectos realizándose cerca de novecientos.
2. Cascarones de Hormigón: sello distintivo de sus obras
Félix Candela sacudió el ámbito arquitectónico con una tecnología de origen europeo que adquirió gran importancia en México. Su mayor aporte a la arquitectura fue la creación de estructuras en forma de cascarón, generadas a partir de paraboloides hiperbólicos, aprovechando al máximo sus ventajas estructurales y expresivas. Los reproducía como medio para cubrir grandes luces de gran altura; consiguiendo cubiertas-cerramiento de hasta 1.5 cm de grosor en su parte más fina.
Los paraboloides hiperbólicos marcaron una época en la arquitectura mexicana, ya que sólo pudieron ser construidos en México debido a que en otros países las delgadas láminas de concreto armado que conforman los cascarones no cumplían con la normativa; además del aspecto económico, ya que en esa época la mano de obra en México era aún más barata que en la actualidad y tenía un alto grado de espacialidad, razón por la cual, cuando en 1964 se decretó un salario mínimo para los albañiles mexicanos, los cascarones dejaron de ser económicamente rentables.
3. Obras destacadas
Entre sus obras más conocidas están los Almacenes Aduanales, en Vallejo, D. F.; los Mercados de Coyoacán, Azcapotzalco y Anáhuac, en el D. F.; la cubierta de la Bolsa de Valores de México; la iglesia del Altillo en Coyoacán, D. F.; el restaurante Los Manantiales, en Xochimilco, D. F.; la iglesia de Santa Mónica, en el D. F.; la capilla abierta de Palmira, en Cuernavaca, Mor.; la iglesia de San José Obrero en Monterrey y la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Madrid, España.
También se destacan por su calidad y trascendencia: la iglesia de la Virgen de la Medalla Milagrosa, en la colonia Narvarte del D. F., en la que tuvo la oportunidad de aplicar libremente sus ideas sobre cubiertas ligeras y el Palacio de los Deportes.
Se destacan también las naves industriales para la planta embotelladora de Bacardi y Cia., conformada por seis cascarones de concreto armado con un espesor de 4 cm. A continuación presentaré las obras más significativas de su profesión.
3.1. PABELLÓN DE RAYOS CÓSMICOS
Carlos Lazo, director de la construcción de la Ciudad Universitaria en México, pidió a Candela ayuda para construir un laboratorio para medir neutrones. El techo debía ser lo suficientemente delgado como para dar paso a los rayos cósmicos, con un espesor máximo de 15 mm . Se le ocurrió a Candela que, al tratarse de una bóveda de espesor mínimo, sería aconsejable darle rigidez por medio de una doble curvatura. Estudió el caso de los paraboloides hiperbólicos y se basó en éstos para resolver su proyecto. Fue el séptimo cascarón construido por Candela. Se hizo una costosa cimbra de madera machimbrada y la bóveda se coló a mano. El cascarón se encuentra sobre el jardín universitario.
Fue la primera obra de Candela que tuvo publicidad y que le dio renombre inmediato. Le dio también confianza en sí mismo y en sus facultades: “La evolución de las ideas es algo de lo que uno no se da cuenta cuando está trabajando. Ahora me doy cuenta que por ese tiempo empecé a sentirme seguro de mí mismo y comencé a atreverme a tener opinión propia.” (Félix Candela, 1975)
3.2. IGLESIA DE LA MEDALLA MILAGROSA
Félix Candela utilizó los paraguas invertidos, que, como zapatas de cimentación, proporcionaron una solución económica al problema de los cimientos en suelos de baja capacidad de carga como en el caso de la colonia Narvarte. Exagerando la altura o flecha de los paraguas, simetrizándolos y llevando a cabo otras manipulaciones de los hypars, consiguió esta estructura de formas alabeadas. Así surgió la iglesia de la Medalla de la Virgen Milagrosa.
El resultado de esto es un espacio interior inédito, nunca antes visto. Es un espacio expresionista, debido a las torsiones de las formas y a la gran cantidad de claroscuros generados a partir de lo que aparentan las superficies planas.
La estructura es una combinación de superficies alabeadas, todas ellas (excepto en la capilla lateral) paraboloides con el espesor usual de 4 cm o menos. El patronato de la iglesia quería un diseño tradicional (una especie de estilo gótico) y no sospechó que podrían estar obteniendo algo más que eso. De hecho, la planta no tiene pretensiones y la única innovación es la estructura.
3.3. RESTAURANT LOS MANANTIALES
El edificio del restaurante Los Manantiales se encuentra en Xochimilco. Este lugar se caracteriza por haber tenido uno de los manantiales más importantes de abastecimiento de agua dulce para la ciudad. Candela quiso continuar con la tradición y la belleza del lugar, por lo que decidió proponer un edificio con características que lo hicieran partícipe de los jardines, como objeto flotante a partir de su estructura que, se asemeja a una flor de loto que flota sobre el agua.
Fue así como diseñó una bóveda de planta circular, formada por la intersección de ocho gajos provenientes del encuentro de cuatro paraboloides hiperbólicos.
3.4. PALACIO DE LOS DEPORTES
Fue construido para los Juegos Olímpicos de 1968. En este proyecto participaron Candela, Enrique Castañeda y Antoní Peyri. Candela sustituyó el uso de los cascarones de concreto por una estructura metálica semiesférica formada por segmentos de planta cuadrada con subestructuras alabeadas (paraguas) de cobre. Se basó en el Palacio de los Deportes de Roma (hecho para los Juegos Olímpicos de Roma).
La planta del edificio es circular, con una cúpula geodésica. La misma se compone de paraboloides hiperbólicos de aluminio tubular cubiertos por una subestructura de láminas de madera forradas de cobre resistente al agua, sustentadas en grandes arcos de acero. Decenas de pilares de concreto cubiertos con ladrillo en los cuatro costados actúan como contrafuertes de la estructura de la cúpula, además de dar forma a pórticos de acceso al recinto.
En su interior cuenta con cuatro niveles principales para las gradas y palcos e instalaciones diversas. Las instalaciones fueron diseñadas para una amplia variedad de programación: boxeo, lucha, levantamiento de pesas, esgrima, etc, así como para exposiciones.
3.5. L’OCEANOGRÀFIC: EL ÚLTIMO SUEÑO DE CANDELA
L’Oceanogràfic es un acuario que forma parte del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. En el mismo se representan los diferentes hábitats marinos (mares y océanos). Candela se basó en su anterior obra Los Manantiales y propuso construir para el edificio de acceso una bóveda formada por la intersección de tres paraboloides de borde libre. Candela falleció en diciembre de 1997 y no pudo terminar el proyecto, pero fueron los ingenieros Lázaro y Domingo quienes, a petición de la propiedad, realizaron el cálculo y el proyecto constructivo, siguiendo las ideas propuestas por Félix Candela. Fue inaugurado en el año 2002.
4. Comentarios finales
Candela fue una de las figuras fundamentales de la arquitectura del siglo XX en cuanto al desarrollo de cascarones de hormigón armado. Creía en el poder de las formas auto-portantes y en el formalismo estático de su Arquitectura. El mérito de Candela fue la realización de su obra arquitectónica de forma económica, funcional y con alto contenido estético, superando las significativas dificultades de la guerra y el exilio, con el mérito añadido de la modestia y honestidad: “La mayor satisfacción no estriba en haber ejecutado ciertas estructuras espectaculares —aunque confieso que he disfrutado mucho haciéndolas—, sino en haber contribuido, siquiera sea en forma mínima, a aliviar el ingente problema de cubrir económicamente espacios habitables, demostrando que la construcción de cascarones no constituye una hazaña extraordinaria que inmortalice a sus autores, sino un procedimiento constructivo sencillo y flexible.” (Félix Candela,1989).