Si queremos abordar de manera sistemática el estudio de un proyecto de inversión con el fin de optimizar la asignación de recursos, es necesario clasificarlo preliminarmente, para, de ese modo, contar con una base conceptual que permita la resolución de los diferentes casos y un análisis adecuado.

Preliminarmente, los proyectos de inversión pueden clasificarse como:

  • DEPENDIENTES: Son aquellas inversiones que para ser realizadas requieren de otra inversión. Por ejemplo, el sistema de evaluación de residuos en una planta termoeléctrica que emplea carbón depende de que se haga la planta, mientras que esta última necesita de la evacuación de residuos para funcionar adecuadamente. En este caso se tratará de proyectos complementarios y lo más conveniente es evaluarlos en conjunto.
    Otro caso es el de proyectos cuyo grado de dependencia se da por razones económicas, es decir, cuando la rentabilidad de realizarlos en conjunto es superior a la suma de sus rentabilidades individuales. 

  • INDEPENDIENTES: Son aquellas inversiones que se pueden realizar sin depender ni ser afectadas por otros proyectos. Al ser independientes, se puede tomar la decisión de realizar ambas inversiones, ninguna o sólo una de ellas.

  • MUTUAMENTE EXCLUYENTES: Corresponden a proyectos que se excluyen entre sí, ya sea porque realizar uno de ellos impide que se haga el otro, o porque se hace innecesario.

Otra clasificación posible de proyectos se puede realizar según el objetivo de la asignación de recursos. Aquí podemos distinguir la CREACIÓN DE UN NUEVO NEGOCIO O EMPRESA,o bien, PROYECTOS DE MODERNIZACIÓN. Entre  estos últimos podemos distinguir las siguientes posibilidades. 

  • Outsourcing: Es la práctica de subcontratar servicios o tareas a empresas externas con el objetivo de reducir la carga de trabajo interno de la empresa y mejorar su eficiencia.

  • Ampliación del nivel de operación de la empresa

  • Abandono de ciertas líneas de producción 

  • Internalización de servicios

  • Reemplazo o renovación de activos 

Por último, los proyectos pueden clasificarse en función de su fuente de financiamiento; se distingue entre aquellos financiados con leasing, los financiados con endeudamiento -ya sea con el sistema financiero o con proveedores-, los financiados con recursos propios y los financiados con una combinación de fuentes.